El Parque del Centre de Poblenou está situado al Suroeste de la ciudad de Barcelona, sobre los terrenos donde se asentaba el antiguo barrio industrial del Poblenou, ahora transformado en zona urbana.
La superficie ocupada por este espacio se encuentra cerrada en la totalidad de su perímetro por un muro sobre el que se dispone un contínuo manto de diversas especies tapizantes. Al traspasar el muro vegetado nos encontramos con un amplio espacio abierto en el que convergen numerosas zonas diferentes en cuanto a usos, vegetación y novedosos diseños.
Dentro de las posibilidades de disfrute de este nuevo parque no solo es digno de mención su versatilidad respecto a lugares para paseo, lectura o charla, sino que sus instalaciones constituyen también un conjunto de bonitos lugares para contemplar. A lo largo de las tres isletas que comprende el parque se distribuyen diferentes zonas temáticas de original diseño. Todo ello sin excluir zonas comunes con otros parques como son las zonas de juegos infantiles, pistas de petanca, parking para bicicletas, mesas de ping-pong, pistas de baloncesto, carril bici y áreas para perros.
Otros espacios para ver son los Espais i jardins aromàtics (Espacios y jardines aromáticos), el Túnel de flors (Túnel de flores), los Troncs pilones (Troncos pilones) o la chimenea conservada como reflejo del antiguo uso industrial de la zona.
Como característica general, común en todo el parque, cabe destacar la posibilidad de disfrute de gran variedad de especies vegetales plantadas en el parque.
Otro de los aspectos innovadores más reseñables del parque es la creación de un dispositivo de almacenamiento y tratamiento de aguas que garantiza el riego en todos los puntos del parque a través de un sistema de goteo con agua freática. Mediante este sistema, cada planta recibe la cantidad de agua que necesita para su desarrollo con el consiguiente ahorro de la misma que esto supone.
El conjunto finalmente ejecutado ha supuesto una radical transformación de un entorno antiguamente industrial y con un elevado nivel de degradación en un parque donde el peso arquitectónico está equilibrado entre una fuerte presencia de elementos vegetales y espacios singulares diseñados al efecto. No obstante, dos naves de la antigua fábrica Oliva Artés y la chimenea, nos recuerdan su pasado industrial. Otro vestigio histórico curioso: una prolongación visual y peatonal, de una vía: 'la traza de Pedro IV', donde encontramos la simulación de las vías del tranvía que pasaba por el Poblenou. En el proceso de transformación participaron activamente las Asociaciones de Vecinos.
De esta manera Barcelona recupera para el uso ciudadano un barrio dedicado a la producción manufacturera, potencia nuevos usos del suelo, y favorece la comunicación de la trama urbana.